Un temporizador es un elemento en los cuales se
abren o cierran determinados contactos, llamados contactos temporizados,
después de cierto tiempo, debidamente preestablecido, de haberse abierto o
cerrado su circuito de alimentación.
Los temporizadores se clasifican de acuerdo al retardo:
De conexión: Los contactos se hallas desactivados
(abiertos) y después de ser energizada la bobina transcurre el retardo y los
contactos se cierran. Cuando la bobina es des energizada los contactos vuelven
nuevamente a su posición de reposo pero de manera inmediata.
De desconexión: En este caso, los contactos se hallan
desactivados (abiertos), pero al energizar la bobina se cierran inmediatamente;
al terminar el retardo se abren nuevamente. Al des energizar la bobina no
ocurre nada en los contactos puesto que ya han des energizado.
Hoy en día la bobina es reemplazada con dispositivos
electrónicos, terminales A1 y A2 que internamente proporcionan la alimentación
al circuito y se les denomina de este modo para no perder la compatibilidad con
los relés comunes en los diagramas escalera.
Clases de temporizadores:
- Térmicos: actúan por calentamiento de una lamina bimetalica. El tiempo viene determinado por el curvado de la lámina.
- Neumáticos: Su funcionamiento esta basado en la acción de un fuelle que se comprime al ser accionado por el electroimán del relee.
- De motor síncrono: actúan por medio de un mecanismo de relojería accionado por un pequeño motor, con embrague electromagnético. Al cabo de cierto tiempo de funcionamiento entra en acción el embrague y se produce la apertura o cierre del circuito.
- Electrónicos: el principio básico de este tipo de temporización, es la carga o descarga de un condensador mediante una resistencia. Por lo general se emplean condensadores electrolíticos, siempre que su resistencia de aislamiento sea mayor que la resistencia de descarga: en caso contrario el condensador se descargaría a través de su insuficiente resistencia de aislamiento.
Aplicaciones
En la industria, estos ciclos de tiempo de conexión y
desconexión permiten controlar espacios de retardos adecuados para ciertos
procesos.
Por ejemplo, cuando una pieza es pintada se emplea un tiempo
para lograr el secado completo de la pintura, o bien, si se controla el flujo
de líquido a través de una boquilla que llena unas botellas, se puede
especificar el tiempo preciso que necesita para que cada botella sea llenada.
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